En los años 90, el psicólogo, pedagogo, y sacerdote alemán Bert Hellinger fundó las constelaciones familiares como terapia de introspección personal, a partir de la idea de que muchos de los traumas y aprendizajes que deben hacer los individuos para su realización, se pueden replantear desde la dinámica de la familia. Durante años, Hellinger investigó y recopiló información sobre cada una de las familias que ayudaba mediante este método. Gracias a esto, descubrió que la mayoría de personas reproducen -de forma inconsciente- las dinámicas y patrones que vivenció dentro de sus familias. Frecuentemente, estos podrían explicar las distintas experiencias psicológicas, como ira, ansiedad o aislamiento. Incluso se puede trabajar ciertos desórdenes a raíz de la relación con la familia, como alcoholismo o dependencia emocional.

Según Hellinger, las constelaciones familiares pueden ayudarnos a descubrir y reinterpretar estos patrones inconscientes para encontrar soluciones a nuestros conflictos internos. Así pues, las constelaciones familiares se consideran un tipo de terapia existencial donde el paciente realiza una profunda introspección a su psique.

¿Qué conflictos se pueden solucionar con las constelaciones familiares?

A través de la terapia de introspección familiar, se pueden tratar distintos conflictos, tal como problemas en las relaciones familiares y traumas infantiles, problemas de adicción, depresión, tristeza y melancolía, problemas con los hijos. Así como también se pueden tratar problemáticas con la pareja, procesos de duelo o la relación con los hijos. Asimismo, se afrontan patologías graves o sentimientos de aislamiento y soledad, entre otros.